viernes, 7 de marzo de 2014

Soy el mesías, cuarta entrega

Por: Gastón Sánchez
[…] Leandro y su padre, Carlos, tuvieron una conversación a solas donde el padre le dijo a su hijo que Jesús era el verdadero Mesías y que debía hacer todo lo que él le ordenara, que no debía alejarse de él y debía ser su discípulo, debía ser Pedro. No debía negarse en nada de lo que Jesús pidiera.
Jesús preguntó a donde quedaba algún lugar alejado de todo, y le respondieron que a cinco kilómetros se encontraba un bosque sin ninguna conexión con la civilización. Jesús los bendijo y comenzó a caminar rumbo a ese bosque. El mesías se adentró en el bosque hasta desconocer el principio del mismo, de repente, al estar rodeado de tantos árboles la estabilidad comenzó a fallarle y se desplomó al suelo a rezar, habló con su padre y los brotes esquizofrénicos comenzaron a surgir nuevamente.
Los días pasaron y el mesías, envuelto en un hambre voraz, se arrastró sobre su cuerpo hasta llegar a un árbol, donde se sentó con su mirada perdida y vio que, desde las hojas caídas en el suelo, salía una serpiente. Jesús le dijo:
“¿Qué haces aquí, Satanás?”
Y aunque la serpiente no estaba allí realmente, la mente de éste hombre hizo pensar que de verdad estaba allí dicho animal satánico, y que éste le hablaba. Como el hambre de Jesús casi lo consumía le dijo que convierta esas rocas en panes, pero el nazareno negándose rotundamente tomó las piedras y comenzó a golpear los dedos de sus manos, la túnica que le habían dado en la iglesia para ser bautizado se había manchado con gotas de sangre de los masacrados dedos de éste loco hombre. Él, mientras se golpeaba decía: “¡No sólo de pan vivirá el hombre, no sólo de pan vivirá el hombre! Por favor padre, aleja a ésta serpiente de mi vista”.

Los mismos golpes hicieron que Jesús intente olvidar aquel espejismo, pero a las pocas semanas, el hambre constante, el sueño y el dolor físico hicieron que éste hombre que aseguraba ser Jesucristo vea nuevamente a “Satanás”, que venía a tentarlo, ésta sería la segunda tentación de Cristo.
     
                                                                                                     -Continuará

lunes, 3 de marzo de 2014

Detalles de la nueva sección

El autor de ésta serie de columnas que se irán publicando eventualmente quiere proteger su identidad ya que así puede expresarse libremente, no busca ofender a nadie y si lo hace no le importa, él solo quiere expresarse libremente. Busca decir y/o contar distintas vivencias entre otras cosas desde su punto de vista, esperamos que sean de su agrado éste tipo de columnas en ésta sección nueva.

Nueva sección: "ESCUPIENDO LA VERDAD EN SUS CARAS"

"SI YO FUERA DIOS"...
Hace unos días venía en el colectivo y vi en algún lugar que decía alguna frase tipo: "Si yo fuera Dios... bla, bla, bla..." Y me puse a pensar en eso, esas cuatro palabras quedaron dando vueltas en mi mente unos segundos y hoy vuelven a salir a flote... ¿Si yo fuera Dios? no se, no dejaría que se dude de mi existencia, es decir, soy Dios, si amo a toma la humanidad no tendría que castigarla, sería algo absurdo, aunque no dejaría que hagan mal las cosas... Sería claro, bajaría del cielo a que todos me vean al menos una vez por año y diría con una estruendosa voz: "YO SOY DIOS, EXISTO... NO HAGAN QUILOMBO POR QUE LES VA A IR MAL"...
Creo que eso sería algo más fácil, algo que todos esperamos, pero.. ¿y si alguien me prohibiera hablar con los humanos? nah, yo soy el mismísimo "tata dios" , no se, entonces unos me pedirían todos los días y me tendría que fumar eso, otros se quejarían de todo y por ende también es mi culpa, si a uno le doy, a otro le quito, se dudaría de mí sabiendo que existo, sería objeto de amor, temor y burla por igual, viviría no por mí, si no para la humanidad... Viviría con stress, en fin... Si yo fuera Dios...




Me hubiera pegado un tiro hace rato...

domingo, 2 de marzo de 2014

Segunda fase de THC: Comics

En materia comics esperamos mejorar mucho en ésta segunda fase, incorporando nuevos talentos y nuevas grandiosas historias para compartir con ustedes, nuestros viejos artistas están mejorando cada vez más dando lo mejor de ellos para crear excelentes aventuras en sus mentes y luego transcribirlas al papel, al menos cuatro historietas nuevas están siendo elaboradas minuciosamente en éstos instantes para darles a ustedes, los lectores la mejor calidad posible.

viernes, 28 de febrero de 2014

Detalles de la segunda fase en THC: Histories

Lo que anteriormente era conocido como "THC histories" ahora será simplemente conocido como HISTORIES, continuaremos con las entregas de "El apocalipsis de los muertos vivos", "Soy el mesías" y "La ciudad del fin del mundo", además agregaremos una nueva historia llamada "EL ANTICRISTO", todas éstas obras son escritas por Gastón Sánchez, creador de éste grupo.
A la semana, en un día al azar publicaremos éstas historias en éste blog y luego las compartiremos en nuestra fanpage.

El apocalipsis de los muertos vivos, tercera entrega

            Por: Gastón Sánchez
[…] La doctora Angélica Darell está en su computadora escribiendo un artículo que publicará a toda la comunidad de la medicina donde confiesa los planes del doctor Kein.
Mientras tanto, Kevin Blake, intenta escapar del edificio sin ser emboscado por los zombies, pero en su lugar es emboscado por uno de sus ex compañeros, que tiene una pistola con sedantes en su mano. Él le advierte a Blake que el doctor ha enviado a sedarlo para llevarlo a su despacho y ahí experimentar con su cuerpo. Además le da la oportunidad de escapar, Blake agradece y logra irse.
El policía golpea su cráneo contra una pared para simular que Blake lo atacó para poder escapar. El agente camina hacia el despacho de Kein pero es encontrado por los zombies, que en pocos segundos terminan devorándolo.
Kein está analizando dos zombies ya muertos, y llega a terribles conclusiones.
El hambre de los zombies se incrementa a medida que pasan los minutos, así también su agresividad y velocidad.
La doctora Darell está escribiendo su informe cuando de repente, se va la luz. Pero no solo en su casa, en toda la ciudad se va la luz, es un gran apagón programado por el gobierno para “enfriar” los generadores de electricidad. Por lo tanto, el edificio de Kein (que era un edificio inteligente) queda completamente inútil, dejando encerrados a los policías, las enfermeras y Kein con los zombies.
Lo que ninguno de ellos imaginó es que en el descuido, uno de los zombies había escapado y se dirigía a la ciudad.


                                                                              -Continuará

La ciudad del fin del mundo, tercera entrega.

                                     Por: Gastón Sánchez
[…] Me quedaba poca batería en mi notebook, pero debía utilizarlo para buscar ayuda, tenía a mi novia desconsolada y a un extraño muriendo desangrado en el piso de mi departamento.
Busqué información sobre éstos acontecimientos y vi que un grupo solidario había tomado un colegio como su “base de operaciones” y que desde esa noche iban a repartir alimentos no perecederos a quienes se presenten, debía ser algo secreto.
Decidí que yo debía ir a buscar los alimentos para mi Juana, Enrique y para mí. Como todavía no confiaba al 100% en Enrique le di a Juana un cuchillo de mi cocina por si acaso, y le di órdenes precisas de que no abriera la puerta a nadie. Tomé un cuchillo yo también y lo escondí entre mi ropa, cubrí mi rostro y me escabullí por el patio trasero. Haciendo un hueco con mis manos entre la cerca de la casa del vecino y la mía, allí me deslicé para que nadie me viera, incluso el ladrido de los perros no me detuvo. Cuando estaba llegando a la esquina de mi casa vi a un auto de los “Boinas Rojas”, inmediatamente entré en pánico y comencé a correr en dirección opuesta, si volvía a mi casa iban a descubrir de donde venía y si me quedaba quieto iban a arrestarme, aunque eso debía haber hecho. Ellos me vieron y comenzaron a seguirme, uno de los “Boinas Rojas” sacó la mitad de su cuerpo hacia afuera del automóvil y tomando una escopeta comenzó a dispararme. El fuerte sonido de las balas me aturdieron y asustaron aún más de lo que ya estaba, como conocía bien el barrio me oculté en una casa, entre los arbustos. Vi como los “Boinas Rojas” me buscaban con sus perros entrenados y con las linternas, esas luces que parecían conducirme al mismo infierno.
Estaba en una posición física tan incómoda que mi tobillo comenzaba a doblarse, entonces tuve que moverme suavemente, pero los arbustos delataron dicho movimiento. Los “Boinas Rojas” me vieron y se dirigieron hacia mí, soltaron sus perros y éstos se dirigieron hasta los arbustos.

Sabía que estaba perdido.
                                                                                            -Continuará