“Soy el
Mesías”
Por:
Gastón Sánchez
[…] El
“nuevo mesías” comenzó a caminar por las calles de la ciudad, tambaleando como
si estuviera ebrio, se dirigió a la autopista, observaba los automóviles que
pasaban y él se sentía puro, santo,
el hijo de Dios en persona. Él caminó hacia el medio de la autopista y se sentó
allí, a meditar. Los automovilistas lo insultaban y lo
esquivaban para no atropellarlo, él clamó a su “padre celestial” para que
perdone a las personas que lo insultaban ya que no sabían que él era el mesías.
Mientras
tanto, en el otro lado de la ciudad, Leandro Martínez, un abogado desempleado
estaba hablando por teléfono con su padre, el líder de una congregación
católica para que le de hogar por unos meses hasta que vuelva a conseguir
trabajo. Tomó su automóvil dejando su “antigua vida” atrás y tomó la autopista
rumbo a la iglesia de su padre.
Cuando avanzaron las horas y el tráfico paró, Jesús se enderezó poniéndose de pie, estiró sus brazos y dijo “Soy el hijo de Dios”, de repente, fue atropellado por un vehículo que venía a alta velocidad.
Era el automóvil de Leandro Martínez, éste bajó de su vehículo y asistió al hombre herido. Jesús estaba con varias fracturas y sangraba demasiado.
Martínez le imploró perdón, a lo que Jesús respondió “Hijo mío, estás perdonado”. El conductor lo subió a su vehículo y quiso llevarlo a un hospital, pero Jesús, al ver una biblia en el vehículo le preguntó: “¿Has oído hablar del mesías?”, a lo que Leandro respondió: “Mi padre, de hecho, es el líder de una congregación católica, ¿por qué preguntas?”
“Me has atropellado, juro que no haré nada en tu contra, pero por favor, llévame con tu padre, el pastor.” Respondió Jesús.
“Está bien, pero… ¿Para qué quieres que te lleve con mi padre?” Preguntó con asombro Leandro.
“Es que debo ser bautizado”. Respondió Jesús.
-Continuará
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